viernes, 8 de julio de 2011

Rostros de quimeras.



Son bromas de sangre, gestos prestados al eterno. Nuestros rostros intentando emular nuestras almas, se esfuerzan por lograr una pobre quimera de nuestros corazones. Esclavos de nuestros cuerpos, guardianes de estas prisiones de carne. Dame un beso mientras seguimos toda la mañana en la cama, deja que mi aliento te nutra, ¿sientes como te voy llenando poco a poco? Es en ese instante en el que tus ojos se reflejan en los míos, en los que tu alma se encarna en la mía cuando por fin somos inmortales, cual escritor de renombre que pasa a la posteridad por sus obras, yo tan solo ansío ser infinito en tus manos.

Esto es solo un viaje, sigamos juntos por este angosto camino, lleno de privaciones y debilidades. No hay nada más real y angustiante que el mirar mi interior y no comprenderme ni siquiera yo mismo. Es un universo completo el que veo dentro de mi pecho, inimaginablemente grande, complejo y difícil. Rebelde no se deja controlar bajo mi mano, como las olas que chocan la orilla de la playa, furiosas por no poder desprenderse de la inmensidad de su padre, nos miran con recelo y envidia, sin saber que nosotros anhelamos el ser uno con todos, desprendernos de esta triste soledad a la que caímos desde el firmamento a estas prisiones de piel y huesos y volver a ser eternos.

Por esto me aferro a tus labios y a tu cuerpo, intento penetrar cada recoveco de tu piel con la mía, intento que mi ser te colme en un tortuoso y placentero abrazo, que recuerdes que fuiste yo, como yo fui tu. En el vaivén de las estrellas bailábamos riendo con calma y felicidad eternas, hasta que fue nuestro turno de venir aquí, me separaron de tu corazón, soy un trozo de tu ser esperando en la melancolía.

Es el completo desprendimiento de nuestras formas mientras hacemos el amor al ritmo de una canción, es la libertad que me entrega el verte morir en el placer entre mis brazos, mientras tus ojos me buscan desesperados, en ese breve instante somos libres, mientras me vierto en tu interior, las cadenas se liberan lo suficiente para entenderlo, somos eternos; esto solo es un viaje por el cual debemos transitar, el amor nos hace trascender de la carne y a cada instante nos hace soñar con el jardín primigenio del cual fuimos expulsados, todos juntos amándonos hasta el final.

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