miércoles, 10 de noviembre de 2010

Algo en tu manera.




Mis rodillas tocan el piso una y otra vez. Las embestidas son demasiado severas como para poder mantenerme erguido, vuelven a empujarme contra el suelo. Creo música, me emociono, mis dedos se deslizan entre los acordes, mi mente se desliza intentando crear nuevos movimientos, para recrear y hacer renacer el sonido q genera tu cuerpo agitándose. Sigue moviéndote, eso me mantiene consciente, me mantiene despierto e intentando abarcarte por completo.

Intento encontrar el camino hacia tus sueños, ¿Quién me mostrara el camino?, mi vida tomó un rumbo errado, el sonido de tus pasos sobre el camino resuenan en mi piel, el ritmo de tu corazón resuena en mi pecho. ¿Quién me llevara a casa?, mientras espero en silencio con mis ojos cerrados, todo se desliza y se desmorona alrededor.

Perdóname, mientras todo se quema entre las ardientes llamas que despiden los ojos del intruso. Intento que perdones mi hipocresía, mi falta de carácter. Mientras todo se desmorona en los triviales juegos de la gente, entre la falsedad de esta realidad.

Sigo cayendo abajo y abajo, es como estar drogado, tus ojos me marean, inspiro tu respiración profundamente, un millón de kilómetros que carcomen mis pulmones, dulce aroma que absorbo desde tu piel, lamo tu piel, como tu cuello lentamente beso a beso. Un millón de kilómetros que me hacen alucinar. Desde tu pecho hasta tu ombligo. Desde tus tobillos hasta tu frente, te recorro alimentándome de ti.

Estoy muriendo tras estos ojos cansados, espero que llegues a mi esta noche, pues estoy muriendo lentamente mientras mis ojos se desgastan mirando donde tu deberías estar. Fuiste arrebatada de mi lado, así que espero por un milagro, un inútil e incomprensible milagro, mis manos esperan este momento.

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