Un breve momento infinito

Sentía su respiración entrecortada al apoyarse ella contra su pecho. El dulce aroma del amor expresado piel con piel. Empuje tras empuje podía sentir como escapaba el aire de sus pulmones, como hervía su sangre mientras alimentaba su cuerpo en ese febril intento por poseerla. Las manos de ella crispadas contra el colchón de la cama donde tantas veces se habían profesado amor y pasión desenfrenada. Su cabello alborotado abierto como un abanico hacia resaltar las tonalidades de su cabello bajo la tenue luz de la lámpara del velador cercano a la cama. Era irresistible no desearla, pensaba en ese instante mirándola desde la altura. Como si ella pudiese escuchar su pensar, instantáneamente aumento la tensión de sus caderas, haciendo presa fácil de su hombría, reduciéndolo a un manojo de suspiros que al unísono con los de ella recrearon un instante de la creación cuando ambos eran el mismo.

Se acercaban con cautela al final, cuando el sentiría su fuerza escapar de sus miembros por la entrega definitiva al placer, cuando todo su cuerpo vibrara en una vorágine de sensaciones placenteras. De pronto, sus miradas se cruzaron en un último hálito de sus energías. Sus dos cuerpos tensados, remolinos de placentera confusión. El, tenso como el granito, su musculatura endurecida por el cataclismo de sensaciones que los recorrían. Ella, su espalda encorvada, su mirada perdida en el vacío sintiendo como se iba llenando de el por completo, sollozaba de intensa satisfacción. Entregados por completos terminaron mirándose uno al otro como impresionados por, aunque tan solo fuese por un segundo, sentir como sus seres se envolvían el uno al otro hasta que ya no quedaba mas que un solo ser, puro placer y amor.